Hay una variedad de opiniones sobre este tema, pero te ofrecemos una lista definitiva de elementos imprescindibles después de años de experiencias personales y discusiones con hombres sobre lo que les gusta y quieren.
1.- Pierde tu ego. En este momento, eres un chupavergas; abrázalo. Te ahogarás, escupirás y quedarás cubierto de baba en la garganta. El hombre al que estás atendiendo puede que te trate con fuerza, incluso con rudeza. Acéptalo. Eres un chupavergas con una sola función: complacerlo. Hazlo sin orgullo.
2.- Provócalo. A los hombres les encanta provocar y extender el comienzo de una mamada. Sus bolas se aprietan y el jugo de su interior comienza a agitarse anticipando lo que está por venir. Lame la cabeza, especialmente la parte inferior. Muévelo con tu lengua. Acaricia suavemente el eje con la mano de vez en cuando. Sonríe.
3.- Contacto visual. Mientras te llevas la verga a la boca, míralo. A un chico le encantan meterla en los agujeros, pero el contacto visual te hace más sumiso A ÉL y le dice que él es tu dueño.
4.- Sin dientes. Obviamente habrá algunos hombres a quienes les gusten los dientes a lo largo del eje del pene, pero eso es raro. Evítelo tanto como sea posible. Un truco consiste en extender ligeramente la lengua fuera de la boca, brindando protección contra los dientes inferiores (y también abriendo la garganta) mientras la verga se desliza dentro y fuera de la boca.
5.- Garganta profunda. No todo el mundo consigue dominar la garganta profunda, pero esta es una habilidad que se puede aprender mediante el entrenamiento. Consigue un consolador y entrena tu reflejo nauseoso. Empujarse. Puedes mejorar. Los hombres quieren garganta profunda y tú eres el chupapollas del momento. Aprenderlo.
6.- No te olvides de las pelotas. Los huevos de un hombre son la parte más sensible de su cuerpo. ¿Por qué un chupavergas desaprovecharía esa oportunidad de complacer a un hombre o aumentar su placer? Tómalos en tu mano mientras chupas. Enróllelos suavemente. De vez en cuando, quita la boca de su polla y pasa la lengua sobre ella. Una ventaja adicional de esto es la exposición más directa a su almizcle rico en testosterona que se concentra alrededor de sus bolas, lo que te enviará más profundamente al subespacio.
7.- No hacer trampa. Una vez que empiezas a chuparle la verga, estás ahí hasta que él arroje su última gota de semen. No te quejes de dolor de mandíbula o falta de interés. Eres un chupavergas (recuerda el primer mandamiento) y se espera que hagas tu trabajo HASTA TERMINAR.
8.- Gemidos y palabras sucias. Gemir mientras chupas la verga tiene dos funciones: (a) le dice al hombre cuánto te gusta su tamaño y sabor, y (b) las vibraciones de tus gemidos que suben desde tu garganta estimulan su verga. De vez en cuando puedes decirle cuánto te encanta chupársela, ¡Pero no te excedas! ¡MUÉSTRALE que lo amas con tus sonrisas y entusiasmo!
9.- Tu Hombre hace lo que quiere. No importa lo que quiera hacer, sigue adelante. Él es el Hombre y tú eres su hijo de puta. Si quiere cogerte por la garganta, está bien. Si quiere darte una palmada en la cara o en la lengua con su polla, no te opongas. Esto se aplica especialmente a su eayaculación. Si quiere hacerlo en tu cara, déjalo. Si quiere correrse en tu boca, lo mismo.
10.- Debes tragar. Nada molesta más a un hombre que ver a un chupavergas escupir su semen. Es un rechazo feo e irrespetuoso a su virilidad y hombría. Si no te gusta el sabor, trágalo de todos modos. Sobrevivirás. Recuerda, estás chupando la verga de este hombre para complacerlo, y su eyaculación es tu recompensa por un trabajo bien hecho. ¡Trágalo con orgullo!